El doble estándar y las condiciones de trabajo en los mares del sur
austral de chile
Chile país con doble estándar, lo hemos asumido y la mayoría está
consciente de ello, especialmente cuando es en el ámbito laboral. No son lejano
los días en que un famoso empresario, ex candidato a la presidencia de chile,
se vio involucrado en el empleo de personas haitianas las cuales vivían en
condiciones inhumanas, a pesar que ellos mismos aseveraban, a la televisión
chilena y medios de prensa, que sus vidas eran muy buenas pues tenían luz
eléctrica, agua, un baño y comida. Todo lo que no podían poseer en su propio país, este y otros ejemplos
similares aparecen a la luz publica cada cierto tiempo en la prensa, y se hace
un escándalo mayúsculo con el discurso, correcto, a favor de la emigración y
los derechos que tienen estos seres
humanos.
¿Pero, qué ocurre con nuestros trabajadores embarcados en el sur
austral de chile?
Las condiciones de vida es muchísima más deplorable que aquella de
los inmigrantes y nadie levanta la voz. Podría enumerar un sinnúmero de características
inhumanas y de vulneración de derechos laborales y de derechos humanos,
comenzando con el hacinamiento de siete, ocho y hasta diez trabajadores en unos
pocos metros cuadrados para dormir, alimentarse, con un solo baño que normalmente
se encuentra inundado de agua, con no más de dos metros cuadrados sobre
cubierta para distracción, cuando no van cargados de toneladas de cadenas y
otros elementos de uso esencial para las instalaciones de los centros salmónidos,
espacios interiores bajo la línea de flotación de la embarcación, muy húmedos y
gotas de agua por la osmosis producida por el mar. También, se debe agregar el
constante ruido de motores y generadores eléctricos durante día y noche, cuyos decibeles
van desde los 80 y subiendo. Deben lavar sus vestimentas en baldes plásticos y
secarlas sobre el motor las embarcaciones, adquiriendo ese penetrante olor a petróleo
y gases de la máquina. Obligados a navegar con tiempo malo o temporales, que es
lo habitual en la zona sur austral, la calidad de vida empeora aún más y sin
considerar que no existen las jornadas de trabajo de horas y el descanso de las
ocho horas continúas.
Todo estos hechos suceden bajo la supervisión y fiscalización de la autoridad
maritima, a través de las capitanías de puerto, institución del estado que
tiene la misión de proteger la vida humana en el mar y hacer cumplir las leyes nacionales
como asimismo los convenios internacionales suscritos por el país.
Los gobiernos sucesivos pos democracia de los 90 nada han hecho para
hacer respetar las leyes chilenas en nuestras aguas jurisdiccionales, no se
observa voluntad, sea porque el universo electoral es pequeño o están atrapados
con los intereses particulares de quienes necesitan servirse para la
acumulación de poder y dinero, no obstante la gran cantidad de accidentes y
lesionados de los trabajadores embarcados de naves en el mar austral.
El navegante austral
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