Los oficiales y tripulantes de la marina mercante nacional son críticos
de la política de precariedad laboral que promueve el gremio ARMASUR.
Chile un país con doble estándar, el reflejo de ello es el gremio
ARMASUR, quien ha promovido por más de dos décadas la precariedad laboral, haciendo
diferencia que la marina mercante nacional de aguas interiores debe regirse con
bajos estándares de condiciones de vida con un alto costo de pérdidas de vidas
humanas, que terminan sin responsabilidad de armadores.
¿Qué ocurre con nuestros trabajadores embarcados y que prestan
servicios a la industria del salmón?
Las condiciones de vida es muchísima más deplorable que aquella de los
inmigrantes y nadie levanta la voz. Podría enumerar un sinnúmero de
características inhumanas y de vulneración de derechos laborales y de derechos
humanos, comenzando con el hacinamiento de siete, ocho y hasta diez
trabajadores en unos pocos metros cuadrados para dormir, alimentarse, con un
solo baño que normalmente se encuentra inundado de agua, con no más de dos
metros cuadrados sobre cubierta para distracción cuando no van cargados de
toneladas de cadenas y otros elementos de uso esencial para las instalaciones
de los centros salmónidos, espacios interiores bajo la línea de flotación de la
embarcación muy húmedos y gotas de agua por la osmosis producida por el mar.
También, se debe agregar el constante ruido de motores y generadores eléctricos
durante día y noche, cuyos decibeles van desde los 80 y subiendo. El lavar sus
vestimentas en baldes plásticos y secarlas sobre el motor de la lancha,
adquiriendo ese penetrante olor a petróleo y gases de la máquina. Con tiempo
malo o temporales, que es lo habitual en la zona sur austral, la calidad de
vida empeora aún más y sin considerar que en esta oda a la indignidad no
existen las jornadas de trabajo con sus horas extraordinarias y el descanso de
las ocho horas continuas El trabajo en sí para la cual son contratados es mover
grandes pesos con esfuerzo de músculos, golpear fierros, usar grúas y
maquinaria industrial, soldar, oxicorte, etc. y sin ninguna capacitación o
inducción por parte de algún profesional competente. Normalmente utilizan cilindros
de gas licuado y de oxigeno que caen rompiendo mangueras, en tiempo malo, con
el escape libre de estos gases y el consecuente peligro de explosión.
Todos estos hechos suceden bajo la supervisión y fiscalización de la DIRECTEMAR,
a través de las capitanías de puerto, institución que debe proteger la vida
humana en el mar y hacer cumplir las leyes nacionales como asimismo los
convenios internacionales suscritos por el país pues son los encargados de
entregar todo tipo de permisos para las actividades en el mar, y por alguna
misteriosa razón no detectan ni denuncian las fallas técnicas como tampoco los
incumplimientos a la legislación vigente.
Los gobiernos de izquierda o derecha nada han hecho para hacer
respetar las leyes chilenas en nuestras aguas jurisdiccionales, no se observa
voluntad, sea porque el universo electoral es pequeño o están coludidos con los
grandes intereses particulares en que los sátrapas que administran el estado
chileno necesitan servirse para la acumulación de poder y dinero no obstante la
gran cantidad de accidentes y lesionados de los trabajadores embarcados.
EL NAVEGANTE AUSTRAL
ARMASUR REALIZA BALANCE DE GESTIÓN
soychile.cl
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