Angelmó en el corazón
del visitante de Puerto Montt
De los pueblos
canoeros a las telas de Pacheco Altamirano
Don Paulino lleva 40 años con su
bote a remo en Angelmó, tiene 83 años y recuerda como ayer cuando comenzó a
trabajar con su bote en Angelmó, llegaban las lanchas y barcos de rolecha,
cochamo, hualaihue, Castro, llegaban con cerca de 200 pasajeros, nosotros nos
encargabamos de bajar a las personas y la carga al puerto, eran días de mucha
vida y actividad en Angelmó, el comercio estaba por todos lados, de eso hoy hay
muy poco.
La temporada de trabajo para
nosotros que vivimos de esta actividad es sólo de septiembre a marzo, en el
invierno es muy difícil trabajar por el clima y la poca gente que visita
Angelmo, la actividad en esos meses para nosotros literalmente muere, por eso
la temporada trabajamos duro, lo que nos da alegría es que los visitantes de fuera de la ciudad
valora mucho nuestra trabajo, mucho más que los propios puertomontinos.
Yo soy parte de la historia, por
ello cada vez que salgo a un paseo con el bote y visitantes le cuento la
historia de la ciudad, de Angelmó, de cómo era la vida antes, la gente que nos
visita queda muy agradecida y se emociona mucho al navegar por los canales de
tenglo, salen reconfortados de la navegación, cada viaje demora 45 minutos y
tiene un costo d 3 mil pesos por persona (cerca de 5 dólares).
A don Paulino le preguntamos qué
piensa de la idea de se termina la actividad del puerto, si eso sucede señala
muere la vida en Angelmó, muere la razón de ser de la ciudad, por eso hace un
llamado a los puertomontinos a defender el puerto local, sin el puerto no somos
nada, que ahora vengan desconocidos haciéndose pasar como hijo ilustre para arrebatarnos
el puerto, es algo que no podemos aceptar, es la voz que se levanta de la gente
humilde que trabaja con su bote a remo en Angelmó.
CUT LLAQUIHUE
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